Tony se sentía aburrido y sin inspiración por sus encuentros sexuales habituales.Él anhelaba algo más, algo que podía satisfacer cada uno de sus deseos sin ninguna de las complicaciones molestas que venían con la gente real.Eso cuando tropezó con la solución perfecta: una muñeca sexual que se veía tan realista, era casi extraña.Esto no era su juguete promedio, este era un muñeco real, con un cuerpo tan cercano al humano como uno podía llegar a tener, completo con rasgos de 18 años, un marco pequeño y un culito lindo que suplicaba ser follado.Tony fue atraído inmediatamente por ella, sus tetas pequeñas y su rostro inocente, una combinación perfecta que lo tenía duro en segundos.La ignoró por un tiempo, jugando con otros juguetes antes de finalmente ceder a su encanto.La vista de ella haciéndole una mamada fue un espectáculo para contemplar, su coñito apretado llevándolo hasta el fondo.Fue un viaje salvaje, uno que dejó a Tony más satisfecho de lo que había estado antes.